El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado

Las leyes no están por encima del amor. Ninguna normativa religiosa puede olvidar que lo más importante es estar al servicio de los demás. La esencia del cristianismo es amar en la dimensión de la Cruz. Lo demás es añadidura.

¿Cuántos de nosotros hemos dado demasiada importancia al cumplimento de normas ñor encima del perdón sincero? La ley dice que él que hace algo malo debe pagar, pero acaso Cristo no nosotros otro camino. Él, siendo inocente, nunca señaló con dedo acusador a sus verdugos. ¡Todo lo contrario! Los perdonó, excusó y oró por ellos. ¿Podemos hacer lo mismo?

Pidamos a Dios la gracia de hacer siempre su voluntad. Rígenos al Señor para que nos conceda el espíritu santo que nos haga amar primero y cumplir sus leyes después. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 2,23-28): Un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?». Él les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?». Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado».

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