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Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras

Si quieres conocer a una persona, observa sus obras. Es una muy mala “costumbre” humana juzgar a las personas por lo que aparentan o dicen. Raras veces nos enfocamos en lo que realmente hace y es. Esa es la razón por la que Jesús insistió mucho en que sus frutos y sus obras hablaban por Él. ¿Qué hacía Jesús?

El Señor vino al mundo a traer alegría, paz, sanación y perdón. No vino a condenar. Ha venido al mundo, se ha hecho carne, para salvar a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Esa es la alegría de la Navidad. Dios mismo se ha hecho carne en su hijo Jesucristo para librar de la muerte a toda la humanidad.

Vivíamos este tiempo en alegría. Sintamos la presencia del Señor en nuestros corazones. Recuperemos la semana pilas en familia. Vivíamos la Navidad como la vive un verdadero cristiano: contemplando en el pesebre al Señor y Salvador de todos.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,13-19): En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras».

¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación?

En el refranero popular hay una frase que ilustra muy bien la actitud que muchas veces tenemos frente a la vida: “ni con pito no con flauta”. Muchas veces, los seres humanos proclives a ver el “vaso medio vacío, en vez de medio lleno”, nos quejamos de todo. Tenemos como una actitud negativa que solo ve lo que no tenemos o hemos logrado en lugar de darnos cuenta de las cosas maravillosas que suceden en nuestra vida.

En tiempos de Jesús muchas personas fueron testigos de los Milagros y las obras maravillosas que realizaba, mas sin embargo muchos le acusaban y dudaban de Él. Si asi algo de sanación decían que era por espíritus malignos que lo realizaba y por otro lado pedían señales. 

En nuestra vida, a veces, tenemos la misma actitud. Pensamos que Él Señor se equivoca en todo. No nos damos cuenta que todo es bueno y todo obra para bien. Es importante que hoy cambiemos el “chip”. Amemos la vida y aprendamos a reconocer la presencia de Dios en todo, incluyendo aquellas cosas que no nos parecen.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 7,31-35): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado’. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos».