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Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros

En nuestro corazón anidan los sentimientos más puros pero también los más perversos. La vida exterior es un reflejo de la interior. Si tenemos buenos sentimientos, tendremos buenas relaciones por tanto un buen comportamiento. Por eso es vital alimentar con experiencias buenas el ser espiritual o interior que todos tenemos.

En una parte del evangelio se habla de que la boca habla lo qué hay en el corazón. Esto quiere decir que con el corazón odiamos y atesoramos. Por eso la principal tarea de Dios es purificar nuestro corazón. Cambiar el de piedra que tenemos por un corazón de carne.

Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de purificar nuestra vida de los malos deseos y obras para que así, podamos ser felices. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 11,37-41): En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».

El que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? 

Dios nos creó para que seamos felices. El génesis tiene el propósito, a través del relato de Adan y Eva, de revelar el gran proyecto de Dios para con nosotros que es nuestra felicidad.

Este proyecto de felicidad muchas veces lo hemos minimizado. Hemos pretendido reducir la felicidad a tener bienes materiales. Este no es el camino que revela Jesús.

También pretendemos decir que ser bueno y santo es cumplir una serie de normas y preceptos externos. Esto tampoco es un camino que conduzca a la vida y felicidad. 

Para recorrer el camino de Jesús hace falta una conversión sincera del corazón. Eliminar de nosotros la calumnia y la mentira, hablar bien de los demás, perdonar sin desfallecer, bendecir en todo tiempo.

Definitivamente, no es lo externo lo que marca la santidad, es lo qué hay en lo profundo de nuestros corazones. Seamos santos interiormente para que dicha santidad se manifieste en nuestras obras externas.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 11,37-41): En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».

Así todas las cosas serán puras para vosotros

Hay un gran enfoque al cumplimiento de normas y procedimientos. Hacemos de nuestra vida una rutina inagotable deberes y tareas predefinidas. En algún momento, ¿no te cansas de tanto afán?

Jesús es tan libre y feliz que vive su vida según la voluntad de Dios sin poner tanto énfasis en lo exterior. Sabe que es bueno cumplir con las normas y protocolos pero nunca sacrifica la realidad de que es mucho más importante hacer lo correcto que lo aparentemente correcto.

En el día de hoy Jesús nos invita a la felicidad plena. ¡Se libre! Libre ya ha creado Dios para amar sin medida.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 11,37-41): En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».