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Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego

Necesitamos ser “bautizados” hoy y siempre. El mismo Jesús, según el evangelio, da ejemplo al dejarse bautizar por Juan. ¿Qué significa bautizarse hoy?.

Lo primero es decir que el bautismo es uno y se vive una vez. Es el sacramento que permite ser verdaderos hijos de Dios al dejar en las aguas nuestro hombre viejo.

Lo que necesitamos realmente es revivir todos los días nuestro bautismo. Hacerlo presente todos los días significa convertirnos y manifestar el amor de Dios en todos los aspectos de nuestra vida.

Hoy tenemos un fuerte llamado a hacer realidad nuestro bautismo en nuestra relación con Dios y con nuestro prójimo. Seamos felices! Seamos cristianos.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 3,15-16.21-22): En aquel tiempo, como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego».
Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi hijo; el Amado, en ti me he complacido».

En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres

Una de las maravillas que celebramos en este tiempo en la encarnación del hijo de Dios. Esto quiere decir que Jesús, el unigénito de Dios Padre, se hijo hombre y caminó por estas tierras viviendo y sufriendo los mismas que cosas que una creatura normal.

Igual de importante es el hecho que Dios nos invita a que Jesús se pueda hacer “carne en nuestras vidas”. ¿Qué significa esto? Pues que la Palabra, hecha realidad en nuestros corazones, pueda germinar y dar frutos de vida eterna.

Dice la escritura que la Palabra ha existido siempre y que por ella se han hecho todas las cosas. Dicha Palabra ha sido testimoniada por Juan El Bautista. Lo que corresponde es que también se haga vida en nosotros. Que cada día sea “luz en nuestro sendero” y pueda iluminar nuestros pasos para que andemos por el camino de La Paz. ¿Estás dispuesto? ¡ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 1,1-18): En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.

La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.

Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios

Zacarías dudó del Señor. Pensaba que no podía hacer lo humanamente imposible. Tenía razón según los criterios de este mundo pero se equivocaba plenamente. Dios es maestro de los imposibles. El tenía que hacer esa experiencia.

Cuando una persona hace EXPERIENCIA de Dios es inevitable que transforme su vida. Zacarías se creía sabio y quedó mudo. Cuando se hizo humilde y obedeció al Señor, cambió y el mudo habló las maravillas de Dios.

Todos los que están leyendo esto seguro que han hecho la misma experiencia. Dios ha actuado en nuestras vidas donde no teníamos esperanza ni expectativas de mejorar, y ¿qué pasó? Que podemos bendecir a Dios y nos hemos constituido testigos de su amor y poder.

¿Para qué es la navidad? Es cierto que para celebrar el nacimiento de Jesús pero también para proclamar las maravillas de Dios. Aprovechemos este tiempo para BENDECIR! Para celebrar lo que bueno que ha sido Dios en este año.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 1,57-66): Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.