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Ven y lo verás

¿Has conocido alguna vez a un apóstol? ¿Has tenido a alguien que te ha anunciado a Jesús crucificado, muerto y resucitado por ti? ¡Qué admirable gracia de parte de Dios tener hombres y mujeres que nos anuncien la salvación de Dios!

Los apóstoles, hombres débiles, han sido testigos del amor de Dios, de sus signos, prodigios y obras de misericordia para ellos y para todos nosotros. 

Hoy, al igual que Nathanael, podemos también ver o descubrir a Dios presente siempre en nuestra vida. Hoy, podemos y debemos dar gracias a Dios por su inmenso amor que mediante los apóstoles que nos ha regalado podemos vivir la gracia de la salvación.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 1,45-51): En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Ése del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret». Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?». Le dice Felipe: «Ven y lo verás». Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos

Es bueno que seamos sinceros. ¡Todos buscamos los primeros lugares! El primer puesto siempre debe ser para ti. Te gusta que los demás te sirvan en la familia, en el trabajo, en el grupo de amigos; en fin, es propio de la naturaleza buscar los primeros puestos. ¿Qué dice Jesús al respecto?

El Señor nos invita a beber del cáliz que el bebió y ser bautizado por su mismo bautizo. ¿Qué significa esto? Que si de verdad queremos seguir el camino de Jesús, la condición más importante para hacerlo es ocupar el último lugar, ser el servidor de todos y amar a todos incluyendo a nuestros enemigos.

Los cristianos son aquellos que sirven y aman hasta el extremo, ¿tú estás dispuesto a hacer los mismo en todo? Pues si tú respuesta es sí, el Señor te lo concederá. ¡Ánimo! Hemos sido llamados para ser sal y luz del mundo, para que viendo como amamos, los hombres y mujeres que nos rodean reconozcan a Dios y descubran que Él les ama.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 20,20-28): En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre». 
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

Señor mío y Dios mío

Vivimos en un mundo de mentalidad científica y tecnológica, ¿qué significa eso? Que luego de tantos avances sociales, económicos y científicos, la humildad entiende que todo lo que es verdadero debe ser sometido a la prueba empírica o evidencia física. Los hombres y mujeres de este tiempo solo creen lo que pueden ver o comprobar por el método científico. 

Es por eso que ha muchos ya les parece absurda la Fe. Piensan que la religión es algo de incultos y hace referencia a una época medieval oscura y retrógrada.  Por ejemplo, países nórdicos de Europa proclaman como un logro la gran cantidad de ateos de sus países. Mucho hablan de la primera generación joven de la historia en no creer en Dios.

Para iluminar esta realidad, Dios permitió que Tomás, el apóstol que acompañó a Jesuús, pudiera darnos su experiencia de hace dos mío años. Este discípulo de Jesús no estuvo presente el día de la aparición del Señor a los apóstoles luego de la resurrección. Es decir, no vió ni tocó al Señor. Al contarle la experiencia sus demás colegas en lo quiso creer. Lo mismo que en estos tiempos. Oímos el testimonio de algunos cristianos y no le creemos. Nos parecen fanáticos carentes de toda racionalidad. Pero, oh sorpresa! Jesús se le parece mostrándole sus llagas e invitándole a tocarle. Esto es símbolo de lo que hace todavía hoy Jesús. Nos muestra, de diversas maneras, su amor infinito. Nos invita a tocarle en los sacramentos, los acontecimientos diarios y en el testimonio de hermanos que han experimentado su presencia en sus vidas. 

Hoy el Señor te invita a verlo y tocarle. Hoy se nos aparece vivo y cercano. Hoy Jesús te dice te amo y muero nuevamente para que tú puedas creer y tener vida eterna. ¡Ánimo! ¡Dios te ama!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 20,24-29): Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». 
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».

Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva

La Iglesia celebra en el día de hoy la fiesta de San Pablo. A este gran apóstol se le conoce como el maestro de los gentiles. Con la fuerza del Espíritu Santo fue el instrumento por excelencia en las manos de Dios para anunciar, como la novedad más grande, el evangelio a todos los hombres y mujeres en el mundo. 

Dios también nos constituye en anunciadores de su buena noticia. Como San Pablo solía decir, es verdad que estamos llenos de debilidades y pescados, pero en medio de esas precariedad y apoyado en Dios es cuando somos fuertes.

Demos testimonio al mundo que un día, como PABLO, estábamos alejados de Dios y, ahora damos testimonio de su amor y misericordia.

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 16,15-18): En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».

Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán

Algunos dirán que ya el tiempo de los profetas terminó. Pensamos que el tipo de apóstol del tiempo de Jesús es algo del pasado. ¿Hay algo de profetas y apóstoles en estos tiempos?

Muchas religiones cristianas dan la categoría de apóstoles y profetas a personas que predican por televisión, radio o estadios. Mucha publicidad que vemos en las calles los presentan como verdaderas celebridades del mundo cristiano. ¿Es esto realmente ser profeta?

Es importante que reflexionemos que ser profeta o apóstol es un don de Dios. Es el Señor quien elige a algunos cuantos, los más débiles, y les envía en su nombre a anunciar su Reino. NADIE, puede auto proclamarse profeta.

Por otro lado, en algunos momentos específicos, cualquier hermano en la Fe puede ser instrumento de Dios para llamarte a conversión y anunciarte el amor de Dios.

Te invito hoy a escuchar y amar a tus profetas y apóstoles. Dios no te ha dejado solo y ha suscitado para ti personas que te ayudan en este encuentro con Dios. Bendice a Dios por ellos y ellas. Ha ellos nuestra devoción, respeto y amor.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 11,47-54): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido».

Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.