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Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca

El mundo necesita de más obreros que trabajen en la mies de Dios. Son muchas las personas que andan como ovejas sin pastor. Es por eso que nuestro Señor elige personas comunes para llevar acabo la más grande de las misiones: anunciar que el reino de los cielos ha llegado ya.

Las personas enviadas por Jesús son sencillos, trabajadores y sin ninguna ascendencia. No son elegidos por alguna condición extraordinaria. No son escogidos por alguna capacidad especial. Son elegidos porque Dios les ama y perdona primero. Les transforma mediante su perdón y misericordia. Y luego les envía como testigos de la acción maravillosa del poder del Espíritu Santo en sus corazones.

Seamos dóciles a la llamada de Dios. Digamos si al envío de Jesús. Seamos verdaderos testigos, en medio de esta generación, de la acción salvífica del Señor en la vida de todos aquellos que acogen en su corazón el anuncio de amor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A éstos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca».

Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca

En el mundo se nos enseña, por diferentes medios, que para triunfar en la vida debemos ocupar puestos importantes, ganar mucho dinero y tener salud para disfrutarlo. Se nos ofrece un modelo de felicidad terrenal y temporal. ¿Nuestro Dios nos invita a algo mejor?

Los llamados al cristianismo por Dios somos bautizados en agua y en Espíritu para nuestra salvación. La primera buena noticia es que Dios, creador de todo el universo, se hace cercano y presente en nuestra vida mediante su hijo Jesucristo. En Jesús nuestra vida cambia y se transforma para alegría nuestra y de todos los que nos rodean. Pero esta salvación no es solo para nosotros.

El “puesto” o lugar que Dios quiere que todos los cristianos ocupemos es el de ser sal, luz y fermento de la tierra. Somos invitados a dar testimonio valiente de nuestra Fe. Si, el Señor nos da el poder de expulsar los demonios de tantos amigos, parientes y personas que necesitan de nuestro testimonio de vida para sanar y recuperarse de tanta angustia que existe el mundo. ¿Estás dispuesto? ¡Ánimo! El Señor va contigo y solo necesita tu disponibilidad. Todo lo demás, lo pone Él.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A éstos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca».

Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso

Dios crea a todos los que habitamos este planeta tierra con una misión o encargo. Nadie está fuera del plan de Dios. Para nuestro Dios Padre todos somos su obra creadora y estamos llamados a vivir la vida con sentido y plenitud.

Nuestro Señor Jesús no actuó solo. Como fruto de la oración, pudo elegir al equipo íntimo que le acompañó y ayudó en su misión aquí en la tierra. Ellos son imagen nuestra. Nosotros, al igual que ellos, estamos llamados a una misión importante: expulsar dominios en su nombre. ¿Esto que significa?

Jesús nos da de su espíritu para que podamos ser reflejos del amor de Dios. Existen muchos demonios en este mundo que fomentan el odio, resentimiento, división, y amargura. Estos demonios son expulsados de nuestro corazón en el poder de Jesús.

Hoy nos llama el Señor y nos invita a seguirle y bendecirle. Estemos hoy dispuestos a realizar en nuestra vida el Amor de Dios. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 3,13-19): En aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca

Jesús camino el mundo anunciando el Reino de los Cielos. Su misión era llevar sanación y paz a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Esto no lo hizo solo. Eligió a unos apóstoles y los envió dándole el mismo poder que el demostró.

También hoy nosotros estamos llamados a ser los apóstoles de Cristo. Contamos con el Espíritu Santo y tenemos la misión de hacer presente a Jesús en medio de los ambientes que nos tocan vivir. 

¿Están cumpliendo con tu misión? Ha llegado el momento de que seas consciente de esta realidad. ¡Ánimo! Dios te llama y quiere darte la vida. Para eso Ponte al servicio de los demás.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A éstos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca».

Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos

Jesús, nuestro Señor y Mesías, fue enviado a la tierra con una misión muy concreta: salvarnos. Dios en su inmensa misericordia nos envió a su hijo para que en Él pudiéramos alcanzar salvación y perdón. 

El Señor no hizo este trabajo solo. Después de transformar la vida de sus más cercanos los envió a predicar y así participar también de su misión.

Hoy el Señor también nos envía a nuestra familia, amigos, compañeros y todos aquellos que encontremos en nuestro camino. ¡Ánimo! Sonó enviados por Jesús con su poder y espíritu.

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 6,7-13): En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas». Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos». Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.