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salía de él una fuerza que sanaba a todos

Todo cristiano, por la gracia del bautismo, es profeta, sacerdote y rey. En lo que respecta a profeta, tiene la misión de anunciar en nombre de Dios su palabra. Los profetas son personas enviadas con un encargo divino muy concreto. En toda la historia de salvación han ido preparando el canino del mesías, llamando a los pueblos a una conversión sincera.

Dios ha puesto en nuestro camino profetas. El sacerdote, el ministro, el catequista, la consagrada y hasta un amigo pueden ser verdaderos apóstoles que el Señor pone a nuestro servicio.

También nosotros estamos llamados a predicar el evangelio. Somos enviados a sanar corazones mediante la palabra es de Dios. Estamos invitados a tener siempre la disponibilidad de hacer la voluntad de Dios, que consiste en salvar al mundo entero. Dile siempre si al Señor. Pongámonos al servicio de tan importante obra. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca

Hemos sido elegidos por Dios. La misión que nos encarga es de dar testimonio en el mundo de la obra del Señor. Somos testigos del amor de Dios que se manifiesta a través del perdón y la sanación de alma y cuerpo.

Así como los doce apóstoles fueron elegidos por Dios y enviados con poder para manifestar en el mundo que el reino de Dios había llegado, de esa misma forma nosotros hemos sido enviados al mundo para que con nuestra experiencia de vida podamos alegrar la vida de tantas personas que se sienten solas y desamparadas.

El mundo necesita nuestro testimonio valiente y sincero. ¡No nos quedemos callados! Gritemos a todos pulmón que el Señor es El Salvador del mundo entero. ¡Ánimo!

Leer:
Texto del Evangelio (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A éstos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca».

Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con Dios

La oración es el medio para estar en comunión perfecta con Dios. Nuestro Señor nos dio ejemplo al pasar noches enteras orando. Antes de cada momento importante oraba para discernir mejor la voluntad de Dios. ¿Tú haces lo mismos?

La oración produce frutos de vida eterna. Nos hace contemplar los milagros que Dios hace todos los días de nuestra vida. Orar es una necesidad, el que no ora se muere.

¡Ánimo! Pidamos al Señor orar como conviene. Dios nos ama y quiere estar siempre en nosotros.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.

Eligió doce de entre ellos

La elección de DIos es gratuita y misteriosa. El Señor elige según le place a aquellos que luego envía para realizar su misión. De entre sus discípulos elige apóstoles que evangelizan a los que Él mismo quiere salvar.

Jesús sana todas las heridas. Mediante su acción salvifica transforma el corazón de todos los seres humanos. Y su obra se realiza mediante la disponibilidad de hombres y mujeres que dicen si a su llamada. Es por eso que nos invita a decirle que si a su llamada.

¡Ánimo! Digamos si al llamado de Dios.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos

Jesús ha convocado a sus discípulos para enviarlos en misión. De esa forma le hace partícipe de su propia misión. Les envía en la precariedad física pero con la fuerza de su espíritu. ¿Alguna vez has hecho esa experiencia?

He tenido la bendición de hacer la misma experiencia de los apóstoles y ha sido una de las más importantes de mi vida. Puedo dar el testimonio de que nada es comparable con la fuerza del evangelio llevado por medio de hombres y mujeres débiles.

El mundo necesita de nuestra disponibilidad para la misión. No podemos quedarnos callados y sentados. ¡Ay de nosotros si no anunciamos el evangelio! El tiempo de la misión es ahora. ¿Estás dispuesto?

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 6,7-13): En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas». Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos». Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos

El Señor Jesús pasó por el mundo curando y liberando a los seres humanos de todas sus dolencias, enfermedades y padecimientos físicos y espirituales. Su misión era universal. Iba a todos los pueblos anunciando el reino de los Cielos.

Sin embargo, esto no lo quiso hacer solo. Eligió a unos discípulos o apóstoles para que en su nombre hicieran lo mismo que Él hizo. También hoy el Señor sigue eligiendo a muchos para trabajar en la extensión de su Reino.

Estemos siempre dispuestos a realizar su voluntad, pidiendo a Dios que mostremos su amor a todas las naciones de la tierra. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Subió al monte y llamó a los que Él quiso

La elección de Dios es una iniciativa gratuita de amor y perdón. Es un misterio. ¿Por qué nos ha elegido Dios? ¿Por qué ha pensado en nosotros y no en otros? Nadie puede saberlo.

Lo que sí debemos reconocer es que Dios a nosotros nos ha amado y nos a elegido gratuitamente. De lo profundo de nuestro corazón nace naturalmente un amor inmenso a Dios porque no se ha fijado en nuestros pegados y nos regala la gracia de ser sus hijos.

Bendigamos a Dios y pidamos que podamos corresponder a su amor.

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 3,13-19): En aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán

Son muchas las vías a través de las cuales Dios nos habla y nos llama a conversión. Los acontecimientos de cada día, personas que nos hablan de parte de Dios, y algunos inconvenientes que debemos sufrir cada día. En fin, el Dios que humilla y enaltece, nos hace experimentar su presencia mediante diversas formas.

El Señor envía profetas a nuestra vida. Son personas normales, pecadoras, con muchas fallas pero vienen de parte de Dios. Traen la palabra de Dios para nuestra conversión, ¿qué haces cuando les escuchas? ¿Los asesinas? ¿Dices que no tienen derecho a meterse con tu vida?

Pidamos a Dios reconocer a sus enviados y hacer lo que dicen. Solo así dará fruto el mensaje divino en nuestras vidas.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 11,47-54): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido».

Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.

Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca

En el mundo se nos enseña, por diferentes medios, que para triunfar en la vida debemos ocupar puestos importantes, ganar mucho dinero y tener salud para disfrutarlo. Se nos ofrece un modelo de felicidad terrenal y temporal. ¿Nuestro Dios nos invita a algo mejor?

Los llamados al cristianismo por Dios somos bautizados en agua y en Espíritu para nuestra salvación. La primera buena noticia es que Dios, creador de todo el universo, se hace cercano y presente en nuestra vida mediante su hijo Jesucristo. En Jesús nuestra vida cambia y se transforma para alegría nuestra y de todos los que nos rodean. Pero esta salvación no es solo para nosotros.

El “puesto” o lugar que Dios quiere que todos los cristianos ocupemos es el de ser sal, luz y fermento de la tierra. Somos invitados a dar testimonio valiente de nuestra Fe. Si, el Señor nos da el poder de expulsar los demonios de tantos amigos, parientes y personas que necesitan de nuestro testimonio de vida para sanar y recuperarse de tanta angustia que existe el mundo. ¿Estás dispuesto? ¡Ánimo! El Señor va contigo y solo necesita tu disponibilidad. Todo lo demás, lo pone Él.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A éstos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca».

Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso

Dios crea a todos los que habitamos este planeta tierra con una misión o encargo. Nadie está fuera del plan de Dios. Para nuestro Dios Padre todos somos su obra creadora y estamos llamados a vivir la vida con sentido y plenitud.

Nuestro Señor Jesús no actuó solo. Como fruto de la oración, pudo elegir al equipo íntimo que le acompañó y ayudó en su misión aquí en la tierra. Ellos son imagen nuestra. Nosotros, al igual que ellos, estamos llamados a una misión importante: expulsar dominios en su nombre. ¿Esto que significa?

Jesús nos da de su espíritu para que podamos ser reflejos del amor de Dios. Existen muchos demonios en este mundo que fomentan el odio, resentimiento, división, y amargura. Estos demonios son expulsados de nuestro corazón en el poder de Jesús.

Hoy nos llama el Señor y nos invita a seguirle y bendecirle. Estemos hoy dispuestos a realizar en nuestra vida el Amor de Dios. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 3,13-19): En aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.