Archivo de la etiqueta: manto

Le pedían que les dejara tocar la orla de su manto

Jesús tiene poder para sanarnos. Solo tenemos que tocarle con fe. ¿Y donde podemos hacerlo? En su palabra de Dios que se manifiesta en los acontecimientos de cada día.

También hay un lugar donde podemos encontrar la presencia maravillosa de Dios y tocarle con fe, ese lugar es la comunidad cristiana. La iglesia es la presencia aquí en la tierra de Jesucristo resucitado que ha vencido la muerte. ¿Quieres tocar a Cristo? Tócale en la iglesia a través de tus hermanos. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 6,53-56): En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos hubieron terminado la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que Él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejara tocar la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.

No resistáis al mal

Jesús hace nueva todas las cosas y lleva a su plenitud la ley dada por Dios al pueblo de Israel en la antigüedad. Un punto central de la enseñanza del Señor es el amor, ¿a quién deberíamos amar? Dice el Señor que amemos incluyendo a nuestros enemigos.

Es normal, y hasta legal, que en el mundo se castigue al culpable, al que nos hizo algún mal o ha hecho daño a la sociedad. Es por eso sorprendente para los hombres y mujeres de sentido común que Jesús pida que ante el mal que nos haga nuestro prójimo respondamos con bien.

¡Oh admirable hermosura! En Dios se rompe el círculo vicioso de muerte, odio y rencor. Se nos invita a ser verdaderos hijos de Dios quien ama a los justos e injustos y hace salir el sol sobre buenos y malos. ¡Amar como Dios ama! Ese es el camino de la vida que nos propone el Señor. ¿Estás dispuesto a seguirle? ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 5,38-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda».

Y cuantos la tocaron quedaban salvados

¿Qué buscas en este mundo? ¿Qué esperas de la vida? Desde el momento mismo de nacer todos buscamos sobrevivir. Le pedimos a la existencia la posibilidad de vivir y hacerlo en plenitud. Es por eso que cuando algo nos afecta, nos hace sufrir o nos enferma perdemos la paz, la tranquilidad y el sentido de la vida.

Es por eso que Jesús, conociendo nuestros sufrimientos, viene en nuestra ayuda sanando, curando y salvándonos del mal, del pecado y de la enfermedad física y espiritual. ¿Qué tienes que hacer? ¡Toca a Jesús! Es fundamental que hoy puedas bendecir a Dios y tener la seguridad que si te acercas a Dios, por la vía que decidas, quedaras sano de todas tus dolencias. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mc 6,53-56): En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos hubieron terminado la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que Él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejara tocar la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.