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No es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños

La misericordia de Dios es infinita. Nuestros pecados son innumerables más sin embargo Dios los perdona todos. Él quiere nuestro bien, quiere que tengamos vida eterna. El amor de Dios dura por siempre.

¿Qué debemos dar al Señor a cambio de tanto amor? Dejarnos amar. Es decir, acogiendo el amor de Dios en nuestro corazón podemos volver nuevamente al rebaño y formar parte de su redil. Dejarse amar por Dios es cumplir su palabra y hacer siempre su voluntad. La vida sirve para caminar por el trayecto que conduce a Dios y su casa de misericordia. ¡Adelante! El siempre nos espera y perdona. Amén.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 18,12-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños».

No es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños

¡Qué alegría saber que tenemos a un Dios que nos ama! El Señor nos cuida siempre como un pastor a sus ovejas. Tiene misericordia de todos. Siente ternura por las ovejas más débiles de su redil.

La Iglesia es un pequeño rebaño del Señor. Sus miembros son ovejas débiles que han sido apacentadas por el Señor. Necesitamos que alguien nos cuide, proteja y ame.

¡Nunca dudes del amor de Dios! Él te ama ciertamente.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 18,12-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños».

Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás

Jesús es el buen pastor. Dios le ha encomendado que nos cuide como un pastor cuida de sus ovejas. ¿De qué nos cuida nuestro querido pastor? De que el lobo nos mate.

Cuando Jesús es cuestionado por los judios para que se manifieste como el mesías, Él les manda a ver sus obras. ¿Y cuál es la obra de Jesús? Darnos vida eterna.

Abrir nuestros ojos y nuestro corazón a la acción de Dios y escuchar su voz es la clave de nuestra alegría y felicidad. CRISTO HA RESUCITADO y quiere que tengamos vida! Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 10,22-30): Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».

El buen pastor da su vida por las ovejas

Jesús utiliza un lenguaje llano y cercano. Utiliza ejemplos que se basan en las realidades de la época. Por ejemplo, era común ver a pastores cuidando los animales bajo su cargo. La figura del pastor era ideal para comunicar un mensaje profundo.

Nuestro Señor nos cuida como un pastor a sus ovejas. Muchos peligros enfrenta un rebaño, sobre todo el de animales salvajes o depredadores que quieren matarle como los lobos y zorros. El pastor tiene la misión de alejar o eliminar dichos peligros. ¿Cuáles serían los peligros que enfrenta un cristiano?

Todos tenemos el peligro de ser devorados por la avaricia, codicia, lujuria, odio, resentimientos, chisme, calummia, venganza, malos pensamientos, en fin, un montón de pecados o males que matan el alma. El buen pastor, imagen de Cristo, también tiene la misión de salvar a las ovejas de aquellos faltos profetas que le viven metiendo intriga y mala doctrina a los cristianos. 

Seamos buenas ovejas. Escuchemos la voz del pastor. Su palabra siempre nos invitará al amor. Fuera de este mensaje, hay peligros que Jesús, como buen pastor, nos quiere evitar. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 10,11-18): En aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».

No quiere que se pierda ni uno de estos pequeños

Con que gran ternura nuestro Dios busca a la oveja perdida. Y es que todos hemos estado perdidos en algún momento. Todos hemos experimentado la necesidad de salvación, de ayuda, de apoyo. Dios es el que siempre nos busca cuando nos perdemos. Dios es quien nos cuida siempre.

La misericordia de Dios es infinita. Nosotros, como las ovejas, nos perdemos porque no obedecemos las órdenes de nuestro pastor Jesús. El Señor, como buen pastor, siempre está disponible para ir en nuestra búsqueda, cuando por nuestra necedad, nos alejamos del rebaño. 

¡Ánimo! Nunca te alejes del Señor. Mantente firme en el rebaño de Jesús. Siempre escuchando su voz y dejándote cuidar por Él.

Leer:

Mt 18,12-14: Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»