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El día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti

Los que dicen profesar la Fe cristiana, creen que les tocará, luego de su muerte, comparecer ante un tribunal celeste y vivir un juicio en función de los hechos cometidos en la tierra. En otras palabras, creemos que luego de esta vida habrá un Juicio Universal para todos.

Es por eso que Dios se manifiesta a nosotros de diversas maneras. Él es un Dios de misericordia y quiere que experimentemos su amor y perdón. Los milagros que realiza, la palabra que nos da y sus momentos de encuentro nosotros son un intento de que podamos vivir el cielo aquí en la tierra y así prepararnos para la gloria futura. ¡Ánimo! el temor al juicio es en el fondo una llamada a la conversión. Nunca lo dudes.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,20-24): En aquel tiempo, Jesús se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti».

En el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras

Uno de los principios de la Fe Cristiana es que luego de nuestra muerte seremos sometidos a un Juicio. Nuestras obras serán nuestras evidencias ante Dios. ¿Debemos tener miedo?

En diferentes citas de la Biblia se habla de que el juicio de Dios es “misericordioso”. Las escrituras nos hablan de que el Señor en lento a la cólera y rico en piedad. Esto es cierto porque yo mismo lo he vivido en mi vida. Soy siempre indigno ante Dios.

¿A qué nos llama el Señor? A vivir nuestra vida sabiendo que lo mejor que nos puede pasar es ajustar nuestra vida a la voluntad de Dios. El Señor nos regala muchas oportunidades para nuestra conversión. Él quiere que vivamos y seamos felices. Por eso, a veces, nos llama a conversión fuertemente para que reaccionemos y nos demos cuenta de su amor misericordioso.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,13-16): En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

El día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti

Es de extrañar que la escritura diga que Jesús se puso a “maldecir” ciudades… ¡¿Cómo?! ¿El Señor maldiciendo? Es para escandalizarse. Por eso es importante leer las escrituras en su justo contexto.

Los exégetas y expertos en la Biblia pueden dar muchas y mejores explicaciones a este fragmento del libro de la vida. Yo solo quiero comentar un aspecto.

Mediante la palabra se quiere recordar e invitar de manera enfática a todos nosotros a la conversión. Se nos invita hoy a mirar los grandes milagros que Dios ha hecho en nuestra vida. Se nos invita q bendecir a Dios y actuar en consecuencia. ¿Cómo es posible que no veamos a Dios en nuestra vida? Hagamos honor con nuestra obras al amor de Dios. Muchos nos han tenido las bendiciones que hemos tenido. ¡Ánimo! El Señor nos llama a conversión recordándonos lo mucho que ha hecho por nosotros.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,20-24): En aquel tiempo, Jesús se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti».

Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha

Dios lo ha creado todo. Tiene poder para hacer nuevas todas las cosas. Somos en este universo criaturas de Dios y por su inmensa misericordia estamos llamados a ser hijos de Dios. ¿Puede Dios hacer su obra de salvación sin nuestra ayuda?

Ciertamente, Dios ha decidido salvarte y salvar a la humanidad con nuestra ayuda, con tu ayuda. Nos elige como enviarnos y darnos una misión. Es hacer presente en medio de esta generación el mensaje de salvación. Ya tenemos en Jesús la posibilidad de ser felices. El cielo está abierto para nosotros y podemos empezar a experimentarlo desde aquí.

Hoy el Señor te invita a hacer presente al mismo Dios con tus obras y acciones. Bendice a Dios con el perdón, amor, servicio y con tus palabras. Que el mundo sepa que Dios existe y ama a todos los que te rodean porque si lo haces así  quien “te escuche a ti, escucha al mismo Dios”.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 10,13-16): En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».