Archivo por meses: julio 2016

Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos

¿Quién dijo que es fácil ser cristiano en este tiempo? Constantemente vemos como todavía hoy muchos cristianos son perseguidos, torturados y hasta asesinados por el solo hecho de ser cristianos. Y en los paises donde se vive en relativa calma y paz las persecución se realiza a un nivel intelectual, leyes y en casos extremos calumnias y difamaciones. ¿Qué significa todo esto?

La iglesia ha sido construida sobre los cimientos de la Fe de los mártires. Somos invitados a realizar actos heroicos de Fe. Dar testimonio valiente de lo que creemos es nuestro desafío actualmente. ¿Estás dispuesto? 

El Señor nos llama a dar testimonio en la familia, con los amigo, en el trabajo e inclusive públicamente. Muchas veces se burlaran de nosotros o no nos entenderán. Ese es el pago de aquellos que aman al Señor y dan testimonio de Él. A cambio, nuestro Señor nos da La Paz y la alegría inmensa de saber que no hay cosa más grande que dar testimonio de nuestra Fe.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 10,16-23): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. 
Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre».

Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca

Jesús camino el mundo anunciando el Reino de los Cielos. Su misión era llevar sanación y paz a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Esto no lo hizo solo. Eligió a unos apóstoles y los envió dándole el mismo poder que el demostró.

También hoy nosotros estamos llamados a ser los apóstoles de Cristo. Contamos con el Espíritu Santo y tenemos la misión de hacer presente a Jesús en medio de los ambientes que nos tocan vivir. 

¿Están cumpliendo con tu misión? Ha llegado el momento de que seas consciente de esta realidad. ¡Ánimo! Dios te llama y quiere darte la vida. Para eso Ponte al servicio de los demás.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 10,1-7): En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A éstos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca».

Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella

El Señor nos ha dado mucho. Cada vez que aparece en la vida de una persona le sana de todas sus dolencias.m y expulsa los demonios que le tienen atormentado. ¿Cuáles son estas realidades?

Aunque no tengamos alguna enfermedad concreta o no padezcamos de los signos de posesion demoníaca, podemos tener enfermedades espirituales y además esclavitudes psíquicas y vicios que no podemos vencer.

En Jesús podemos encontrar consuelo y alivio a todos nuestros males. El tiene poder para sanarnos. Su amor lo cura y lo alivia todo. ¡Ánimo! El Señor te ama ciertamente.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 9,32-38): En aquel tiempo, le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios». 
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».

Con sólo tocar su manto, me salvaré

Tenemos necesidad de sanación. Nuestras enfermedades son físicas pero también espirituales. En nuestra vida necesitamos que alguien nos ayude a salir de nuestras dificultades y sufrimientos.

En el tiempo de Jesús, muchos reconocieron en Él el poder sanador y liberador que tanto necesitaban. Se acercaban al Señor seguros y confiados en su amor y misericordia. ¿Tú estás haciendo lo mismo?

Toca el manto símbolo de la misericordia de Dios, de su poder y capacidad de hacer posible lo imposible. ¡Ánimo! El tiene el poder de devolverte la vida.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 9,18-26): En aquel tiempo, Jesús les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante Él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá». Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré». Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Ánimo!, hija, tu fe te ha salvado». Y se salvó la mujer desde aquel momento. 
Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Mas, echada fuera la gente, entró Él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó. Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.