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Cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación

Desde siempre, los seres humanos han tenido especial interés por el futuro. Es por eso que las técnicas de predicción del futuro como también supuestos dones sobrenaturales de lectura del porvenir, ha causado tanta atención en los hombres y mujeres de todos los tiempos.

En las escrituras sagradas también hay profecías y advertencias sobre el futuro. Se habla que al final de los tiempos, cuando Jesús vuelva en gloria, se manifestarán signos y prodigios en la tierra y en el universo. ¿Tenemos que tener miedo en relación al anuncio de todas esas catástrofes futuras?

En el fondo de todo anuncio profético está un llamado a conversión.  También una invitación a prepararnos a la venida a nuestra vida del Señor. Es una invitación a estar contentos porque se acerca la liberación de todas nuestras esclavitudes y sufrimientos. 

¡Ánimo! No tengamos miedo. El futuro siempre será mejor. Dios nos ama y quiere que seamos libres y felices. Abramos nuestro corazón al Señor.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 21,20-28): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.
»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

Son muchas las cosas que empezamos y no terminamos. Las personas comienzan un curso, una Maestria, clases de inglés o una dieta y por alguna razón no alzanan su meta o culmina el proceso que iniciaron. 

En el cristianismo, también, hace falta una cualidad fundamental para la felicidad y éxito de toda persona: perseverancia.

La perseverancia es, según la Fe, un fin don de Dios. Es mantenerse firmes, sin desfallecer, en la carrera de la santidad y el camino de Dios. Es mantenerte en tu comunidad, iglesia o proyecto de la voluntad de Dios. Es saltar los obstáculos, vencer la oposición y romper las barreras que te impiden ser feliz según Dios. Perseverar es mantener el rumbo a pesar de las dificultades de cada día.

En las buenas y en las malas, es fundamental mantener el rumbo. Dios siempre nos ayuda. Nunca tiremos la toalla. El premio que nos espera es más que merecido.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 21,12-19): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre

Muchos profetas de todos los tiempos han anunciado la venida inminente del Señor Jesús. Es verdad que dicho acontecimiento sucederá, según dicen las escrituras. Lo interesante es que en todas las generaciones de los últimos dos mil años han pensado que es en su tiempo cuando está promesa hecha por el mismo Señor se cumplirá. ¿Cuando vendrá, por fin, el hijo del hombre?

Muchos exégetas y hombres de Dios han visto que una cosa es esperar esa venida definitiva de Jesús en los últimos tiempos y otra cosa es la llamada venida intermedia. Esto significa que el Señor viene todos los días a nuestro encuentro. Que podemos reconocerle presente en nuestra vida en todos los detalles: naturaleza, acontecimientos, personas y sobre todo en su Iglesia.

Hoy somos invitados a estar atentos a estas presencias del Señor. El nos ama y nos quiere mucho. Se manifiesta día a día en tu vida. Nos quiere cerca. Se los aparece todos los días. Solo debemos estar atentos a su presencia amorosa.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 12,39-48): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre». 
Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. 
»Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».

Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre

La oración es fundamental para vivir nuestra existencia como verdaderos cristianos. La oración constante no es solo un mandato divino sino que también es la fuente de agua donde podemos encontrar la posibilidad de calmar nuestra sed de paz y alegría.

Nuestros Dios puede visitarnos de múltiples maneras. En algún acontecimiento nos puede visitar pidiéndonos de esta manera que actuemos como cristianos ante la prueba.

Por eso es importante estar en vela porque “no sabemos ni el día ni la hora”. ¡Ánimo! Seamos buenos siervos que en el momento que quiera el Señor nos encuentre siempre haciendo su voluntad.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 24,42-51): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes».

Vendrá el Hijo del hombre

Dios no es un ser lejano. En la escrituras santas siempre se muestra al Señor cercano a todos y todas y sobre todo a aquellos que necesitan ayuda, salvación y amor. Los que han sido iniciados en el cristianismo saben que es fundamental encontrar o experimentar a Dios todos los días de nuestra vida.

Un cristiano es aquel que tiene el oído abierto, que quiere decir que sabe dialogar con Dios en la historia de su propia vida. Encontrar a Dios en los sucesos sencillos y cotidianos es un aspecto fundamental de la Fe.

¡Atento! Hoy viene el Señor a tu vida. Lo verás en la forma más inesperada. En una palabra de alguien, en algo que te pase o en alguna situación que no esperabas. 

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 12,39-48): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre». 
Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. 
»Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».

Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

En República Dominicana existe un tipo de oficio conocido por la mayoría de la población. Se emplea el término “wachi” para referirnos al vigilante de las casas, edificios, oficinas y lugares que deben ser protegidos 24 horas al días y los 7 días de la semana. Este famoso personaje siempre anda escopeta en mano representando, con su presencia, el rol de la seguridad y vigilancia.

La palabra velar hace referencia al acto de “permanecer despierto durante el tiempo que se destina a dormir”. El que vela, custodia y cuida con esmero algo que se considera importante. El Señor hoy nos invita a velar, ¿qué significa esto?

Los que hemos recibido el llamado de Dios al cristianismo tenemos la misión de estar atentos y siempre mantener una actitud vigilante, sabiendo que en cualquier momento el Señor nos puede “visitar” en forma de un acontecimiento o mediante la muerte física.

En estos días hemos sido testigos de como puede morir sorpresivamente un hijo o una madre. También se nos puede diagnosticar una enfermedad o informar que hemos sido despedidos. ¿Cuál será nuestra actitud como cristianos frente a estos acontecimientos?

Por eso es importante velar, ORAR, vigilar para que cuando llegue el Señor podamos tener la misma actitud y obras de Jesús que supo ser fiel a Dios haciendo lo que Él quería en cualquier circunstancia.

Tengamos siempre nuestra “casa ordenada”. Pidamos perdón, hagamos el bien, amenos al prójimo como Dios nos ha amado, porque no sabemos “el día y la hora” en el que seremos visitados por nuestro Señor.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 24,42-51): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes».