Archivo de la etiqueta: manso

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón

En el mundo, se nos enseña a apoyarnos en nuestras fuerzas y capacidad. Hay una tendencia a reforzar en las personas el amor propio. Dicen, quiérete a ti mismo primero y valórate para que te valoren. Es decir, lo primero es el yo y luego es el tú. No es así en el cristianismo.

Jesús nos enseñó, con su ejemplo, a ser mansos y humildes. Nos dijo que el hijo de Dios ocupa siempre el último lugar. Nos mostró que el camino que lleva a la vida es el camino del servicio y de la humildad.

Todos aquellos que viven la experiencia de la humildad cristiana descubren que es la base de la comunión y el amor de los hermanos. ¿Cómo puede alguien pelear con una persona que siempre perdona, excusa y valora a los demás más que a sí mismo?

Seamos mansos y humildes. Dejemos atrás nuestra soberbia. Consideremos a los otros como superiores. Vivamos como Jesús, amando al extremo a nuestro prójimo. Él nos dará la gracia para hacerlo.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Tenemos días en los que nos sentimos tristes y llenos de angustia. Hay momentos en los que las circunstancias nos llevan a la tristeza y desesperanza. En medio de tanta oscuridad solo podemos contar con una luz: Cristo.

Nuestro Señor Jesús vino a la tierra a mostrarnos su camino. Nos vino a consolar y apoyar. Trae consigo paz y alegría. No nos deja solos en nuestras angustias y problemas. Él da sentido a nuestra existencia.

Seamos verdaderos hombres y mujeres que celebran la vida en medio de las pruebas. Seamos cristianos que bendicen a Dios en todo momento. ¡No nos preocupemos! ¡Cristo viene y habitará en nuestros corazones! ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón

¡Descansa! Eso es lo que quiere Dios. Estamos todo ansiosos y fatigados. Un mundo como en el que vivimos nos ofrece trabajo, esfuerzo y tensiones. ¿Qué nos ofrece Jesús? DESCANSO.

Nuestro Dios no se queda indiferente ante nuestras preocupaciones y situaciones. Nos ofrece un camino de paz y amor. ¿Quieres vivirlo? ¡Búscalo! Él quiere que lo encuentres en todo y en todos.Dios nos ama y quiere nuestra felicidad. Esa es la clave del descanso en el Señor.¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Dios nos llama a la sencillez y la humildad. La llamada de Dios consiste en seguir las huellas de Jesús, y ¿cuál es este camino que debemos recorrer? El camino de la pequeñez, de reconocer pecadores y de abrir nuestro corazón al Señor.

En muchas ocasiones nos cuesta trabajo aceptar las precariedad de la vida. Nos enfrentamos a sufrimientos y situaciones que no entendemos. ¿Quién puede aceptar la historia como la permite Dios? El humilde. La persona que con sencillez, acordándose de las maravillas que Dios ha hecho en su vida, acepta el amor de Dios que se manifiesta en todos los acontecimientos, incluyendo aquellos que pensamos nos son adversos, es feliz. La felicidad es reconocer que el yugo de Dios es ligero y llevadero porque lo en Jesús tenemos la gracia de encontrar nuestra verdadera santificación en el.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Porque mi yugo es suave y mi carga ligera

Hay momentos de ternura en las escrituras. Palabras que llenan de paz y esperanza. Mensajes del Señor que reconfortan y nos hacen sentir bien.

El Señor no quiere que estemos en angustias permanentes. Él quiere que hoy sepas que conoce muy bien tu situación y sufrimientos. Sabe por lo que estás pasando y nunca te deja solo. 

El vino al mundo para traernos descanso y reposo. Nos invita a ser humilde y no desesperar. A reconocer que necesitamos de Dios. Qué hay cosas que escapan a nuestras fuerzas o deseos pero en todo está el Señor.

¡Ánimo! No estés triste. Viene el Señor a tu vida y te libra de todas tus angustias.

Leer:

Texto del Evangelio (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».