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Vuestra alegría nadie os la podrá quitar

¡Vivid alegres! ¡El Señor está cerca!. Este es el anuncio que hace la Iglesia a toda la humanidad. Los cristianos somos aquellos que damos testimonio de que Dios es aquel que convierte la oscuridad en luz, la tristeza en alegría y la muerte en vida. La experiencia pascual es fuente de alegría plena.

Lamentablemente, vivimos en el mundo en combate espiritual. Todos los días, si nos dejamos engañar, se nos presentan acontecimientos que nos hacen dudar o nos meten en la tristeza. Siempre hay algo inesperado que nos saca de la paz o tranquilidad. La clave no está en cambiar las vidas y pretender una felicidad utópica sin sufrimientos. Las cruces de cada día o momentos de adversidad son parte de la vida. No los rechaces. Acéptalos y vívelos como pruebas que te hacen crecer en la fe.

¡Vivíamos alegres! ¡Cristo ha resucitado! Ya la muerte no tiene más poder sobre nosotros. Jesús nos enseña a subirnos a la cruz y desde ella vivir una vida de amor y comunión perfecta con nuestro Dios. Así sea.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».

Vuestra tristeza se convertirá en gozo

Todos nosotros hemos perdido algún ser querido o cercano. Nos ha tocado despedir algún familiar en su lecho de muerte. ¡Que tristeza tan grande ver morir a alguien que amas!

Es normal que lloremos al que muere. Somos seres afectivos que nos da nostalgia la separación física. ¡Hasta Jesús lloró a su amigo Lázaro! Sin embargo, la buena noticia es que dicha partida no es una separación definitiva. ¡Existe el cielo! Y nuestro Señor Jesús resucitado ha vencido la muerte y nos abre de par en par las puertas de nuestra morada celeste.

Como un amigo querido se despedía Jesús de sus discípulos en la última cena. Les anunciaba lo que iba a pasar. Les decía que no estuvieran tristes porque lo volverían a ver. Esa es la esperanza y nuestra alegría. Dios es un dios de vivos no de muertos. Quiere que estemos alegres y que vivamos hoy la esperanza de un futuro mejor. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,16-20): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver». Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: «¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’?». Y decían: «¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir». Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo».

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

En los momentos que estamos viviendo parecería extraño hablar de alegría y felicidad. Con todo lo que se dice, estamos como asustados y tristes. La pandemia nos puede afectar el alma.

Por eso es tan oportuno el ejemplo de la virgen María. Ella creyó cuando las condiciones físicas indicaban que era imposible lo que se le prometía. Ella dijo a Dios que se haga su voluntad aún cuando esto implicaba algo de sufrimiento en su vida. Ella sabía que Dios, que la amaba tanto, sacaría del mal un bien. Tengamos la fe de María. ¡Nunca desfallecer! ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 1,26-38): Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».

María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo

Ayer escuchaba el testimonio de alguien que sufría depresión. Contaba con claridad y sinceridad como su situación le llevaba a la tristeza y al pensar lo difícil que es aceptar la voluntad de Dios, sobre todo cuando se tata de la enfermedad de algún ser querido. La historia de vida muchas veces está matizada con sufrimientos y pruebas. ¿Cuál debe ser la actitud del Cristiano de frente a esta realidad?

En el cristianismo se nos anuncia una buena noticia. Se da el testimonio mas hermosos de todos. Se nos dice qué hay uno que tiene poder de sacarnos de la muerte y llevarnos a la vida. Llevarnos de la oscuridad a la luz, pasarnos de la tristeza a la alegría verdadera que solo se puede experimentar en el encuentro personal y profundo con el amor de Dios.

¿Estás triste? ¡Ánimo! ¡Alégrate! Son pruebas que permite Dios para tu santificación. ¡Él ama! ¡Nunca lo dudes!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

El tiempo de Navidad es para estar en alegría. ¿En que consiste la dicha que podemos vivir? En hacer la experiencia de María. Ella siendo virgen y no conocer varón, fue capaz de experimentar la potencia de Dios.

La alegría nos viene de saber que nada es imposible para Dios. Podemos ser “estériles” en el sentido espiritual de la palabra. Es decir, tener situaciones difíciles que nos parecen imposibles de resolver. Tranquilos, Dios envía Ángeles que nos ayudan. Ellos nos anuncian el plan de Dios. ¿Cuál es este plan? Nuestra salvación.

Vivamos el tiempo de Navidad que se avecina con la esperanza de que el Señor siempre aparece en nuestra vida. ¡No temas! Viene ya.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 1,26-38): Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».

María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

Se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta

Vivimos en un mundo donde todos quieren tener una buena imagen ante lo demás. Todos se esfuerzan por construir un buen nombre o prestigio. Queremos ser reconocidos y amados por todos. Las persona que se equivocan, tienen mala fama son considerados “ciudadanos se segunda”. ¿Qué ha hecho Jesús con respecto a esto?

La verdad es que todos somos pecadores. Todos hemos recibido las consecuencias del pecado. Hemos faltado y nos han faltado. Nos hemos equivocado muchas veces. ¿Qué a hecho el Señor? Nos ha amado y perdonado.

La alegría de Dios es que, tu y yo pobres pecadores, alcancemos la salvación. Dios quiere que experimentemos en nuestra carne la vida y alegría que viene de Él. ¡Ánimo! Tenemos la gracia y el don más grande. Dios mismo nos ama y sale a buscarnos cuando nos perdemos. Él mismo nos cuida y perdona.

Leer:

Texto del Evangelio (Lc 15,1-10): En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Éste acoge a los pecadores y come con ellos». 
Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.
»O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido’. Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

Vuestra tristeza se convertirá en gozo

A veces amanecemos tristes y cansados de tantas cosas que nos son adversas y contrarias. La vida se nos hace pesada. Nos suceden acontecimientos que no aceptamos y entendemos. ¿Qué nos dice el Señor al respecto? “Vuestra tristeza se convertirá en gozo”.

¡Animo! Si estás triste o cansado el Señor te dice hoy que el volverá siempre a tu vida todos los días. Él se va a hacer presente hoy y siempre. Dios nos tiene preparado un futuro mejor.

El requisito para pasar de la tristeza a la alegría hoy es abrir tu corazón al Señor. ¡Ánimo! Él te ama.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».

Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo

La existencia humana se realiza en un amplio abanico de situaciones y estados de ánimo. Es prácticamente inevitable que en algunos momentos tengamos que experimentar tristeza y desanimo. Todos los días enfrentamos situaciones difíciles que nos hacen dudar de muchas cosas. Eso es normal y natural. ¿Cual es el anuncio que nos hace Dios?

La buena noticia es que nuestro Señor a decretado para nosotros la felicidad plena. Nuestro Dios es aquel que convierte la oscuridad en luz, la muerte en vida, la tristeza en gozo.

¿Tienes algún problema o situación? ¡Ánimo! No estás solo o sola. Dios está siempre contigo y te acompañará en todo momento.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».