Cuando la palabra de Dios es proclamada busca realizarse o cumplirse en la vida concreta de cada uno de nosotros. Las enseñanzas transmitidas por Jesús a los apóstoles son las mismas que Dios quiere que aprendamos. Lo que Jesús le dijo a uno de sus discípulos también nos lo dice hoy.
En algunas circunstancias, nos cuesta reconocer la presencia de Dios en los acontecimientos que tenemos que vivir o en las personas con las que nos encontramos día a día. El Señor nos ofrece todos los días múltiples oportunidades para experimentar su presencia cercana.
Jesús nos acercó a Dios. Nos mostró con su amor y misericordia la verdadera naturaleza de Dios. Amando a Jesús, amamos al Padre Dios que en él nos ha perdonado nuestros pecados y nos ofrece una vida nueva. ¡Ánimo!
Leer:
Texto del Evangelio (Jn 14,6-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».