Archivo de la etiqueta: verdad

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libresLa

“Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” es la famosa frase del evangelio que está en nuestro símbolo patrio. Muestra, de una manera hermosa, el profundo sentido cristiano que ha definido el ADN de nuestro país. Somos una nación que en sus orígenes se encuentran fundamentos bíblicos.

En ese mismo sentido, ¿qué está sucediendo ahora? Que estamos dejándonos envolver por una cultura secular que niega la verdad. Casi sin darnos cuenta, nuestro país está renunciando a sus tradiciones cristianas. Para algunos, lo que hizo posible que existiéramos como nación, ya no sirve. ¡Tremendo error!

La verdad es que Dios es amor y ama al pueblo dominicano. La verdad es que la vida se defiende desde su concepción hasta la muerte. La verdad es que nuestro espíritu cristiano debe conducirnos por el camino del bien, del amor al prójimo y la entrega incondicional al servicio de lo demás. Todo lo que esté fuera de ahí, es puro show mediático y una gran mentira que no aporta ni construye. ¡Vivamos en la verdad! ¡Ella nos hará libres!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 8,31-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre».

Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios». Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha enviado».

Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa

El cristianismo se presentaba en la Iglesia primitiva como un camino. Es decir, los cristianos emprendían una vía que les conducía a Dios. Este camino es Jesús que les llevaba a conocer al Dios Padre que nos ama y nos ha elegido para una misión importante. El salmo 16 dice “me enseñarás el camino de la vida”. ¿Cómo podemos seguir ese camino? Si andamos con la fuerza del Espíritu.

Existen otros caminos que no son buenos. Ellos nos conducen a la tristeza, al agobio y la desesperación. Nos llevan a pelear con nuestro prójimo, a guardar rencor, a apegarnos de las cosas materiales. El camino que conduce a la vida nos lleva a una liberación total sobre la base del amor de Dios.

El Espíritu Santo nos manifestará el amor de Dios todos los días. Nos dará luz para entender que Dios todo lo ha hecho bien en nuestra vida. Necesitamos recorrer este camino ayudados por el Espíritu de la verdad. Verdad que consiste en el amor gratuito del Señor. ¡Nunca dudes del amor de Dios! ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,12-15): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

Él dará testimonio de mí

Los expertos en comunicación social han declarado que estamos en la era del FakeNews o noticias falsas. Los WhatsApp, las redes sociales, las páginas de Internet y los demás medios muchas veces difunden noticias, artículos y datos que distorsionan la realidad, difaman a inocentes y confunden a la población. ¿Cómo podremos encontrar la verdad entre tantas mentiras? A través del testimonio.

Los testigos son aquellas personas que con sus palabras y acciones comprueban que algo es verdad, cierto, real. Hablan porque han visto y oído. Se supone, a menos que den “falso testimonio”, hablan de algo porque los han visto y oído. ¿Quienes son los que hoy dan resto mío de la verdad? Los cristianos.

La verdad mas grande de todas las verdades es que Dios nos ama. Su amor es tan grande que da sentido a toda nuestra existencia. Es una verdad que ilumina nuestras tribulaciones y las convierte en momentos de gracias. ¡Oh maravillosa verdad la del amor de Dios manifestado en su hijo Jesucristo!

¿Qué necesita el mundo inmerso en el fakenews? Verdaderos testigos de la verdad. ¿Cómo podemos dar testimonio de la verdad? Si abrimos nuestro corazón a la influencia del Espíritu Santo que testifica a nuestro espíritu que todo lo que hemos recibido de Dios es cierto, es verdadero, es vida eterna. Digamos si al Señor y podemos ser liberados por la Verdad de Cristo. ¡Ánimo!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 15,26—16,4): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio. Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho».

Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre

¿Cuál es la verdad? Que Dios nos ama profundamente. Esa es la verdad que va transformando los corazones de millones de personas por siglos y siglos. Es la verdad que da sentido a la vida e ilumina los acontecimientos que nos suceden a diario. ¿Por qué tienes miedo? ¿Por qué estás preocupado? ¿Acaso no crees que Dios te ama?

¡Ánimo! Jesucristo ha dado la vida para que nosotros tengamos vida y una vida que no acaba nunca. El futuro será siempre mejor, porque Dios que es amor, nunca permitirá nada en nuestra vida que nos conduzca a la muerte eterna. Vive este tiempo en la fe. Vive este tiempo en la bendición. Amén.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 8,31-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre».

Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios». Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha enviado».

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

¡Hay tantas propuestas de felicidad en este mundo! Expertos, profetas e innumerables personas que dicen conocer el secreto de la felicidad. Lo que sí es cierto, es que esto produce una cierta ansiedad en las personas. ¿Cuál es el camino verdadero que debemos tomar? ¿A quien debemos hacer caso frente a tantas alternativas que podemos tomar?

Jesús nos dice que no tengamos miedo. Él nos muestra el camino de la verdad para darnos la vida mediante su amor. No hagamos caso a tantas propuestas falsas que se ven en los medios de comunicación y en los ambientes donde nos movemos. ¡Ánimo! Miremos a Cristo y expertos experimentos su acogida y protección.

Leer:

Jn 14,1-6: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, «estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»

Tomás le dice:

- «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»

Jesús le responde:

- «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres

¿Cuál es la verdad? La verdad es que Dios ha enviado a Jesús para salvarlos. El único problema que esto lo podemos creer o no. Está en nosotros el acoger esta buena noticia o rechazarla.

En tiempo de Jesús muchos no entendieron su mensaje y por tanto no creyeron que Él fuera hijo de Dios. Al contrario, veían su apariencia y todo les daba a entender que no era cierto el mensaje de Jesús.

Lo mismo puede pasarnos. Podemos estar pendientes de milagros extraordinarios o manifestaciones según nuestros esquemas de felicidad. La verdad es que el Señor ha querido salvarnos a través de la muerte y resurrección de su hijo. Esto es lo que vamos a celebrar dentro de poco.

Es por eso que te digo: ¡Alégrate, porque has creído en lo anunciado por el Señor!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 8,31-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre».

Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios». Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha enviado».

Os guiará hasta la verdad completa

Existe una relación perfecta entre el Padre, el hijo y el Espíritu. Es la santísima trinidad que manifiesta la extraordinaria comunión de Dios en el amor. Dios es Padre, Hijo y Espíritu.

Dios se ha ido manifestando y revelando poco a poco. Como a un recién nacido que no puede comer alimento sólido, así Dios nos da en primer lugar lo que podemos asimilar y luego nos empieza a alimentar con cosas más sustanciosas y sólidas.

Necesitamos ahora del Espíritu de Dios. Mediante Él podemos experimentar él amor de Dios, conocer la voluntad de Dios y entender el sentido de nuestros sufrimientos y pruebas de cada día. Pidamos hoy este don precioso de lo alto. ¡Venga sobre nosotros el Espíritu de Dios!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,12-15): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

El Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí

El Espíritu Santo es el don más precioso que nos ha dado nuestro Señor Jesús. Si podemos hablar de algún testamento de Jesucristo, la herencia que nos ha dejado nuestro Señor, es precisamente el Espíritu Santo.

Este don hermoso nos muestra la verdad de la vida que consiste en el amor de Dios. Todo lo que ocurre en nuestra existencia es fruto del amor. Dios da sentido y propósito a nuestra vida mediante su Espíritu paráclito que nos defiende de los ataques del mundo, la carne y el demonio que buscan meternos en un sin sentido y en la tristeza profunda.

El Espíritu es vida. Necesitamos defender la presencia de nuestro Señor mediante su Espíritu todos los días. Pedir este don es suficiente para enfrentar y soportar los avatares que se nos presente hoy y siempre. ¡Ven Espíritu e inunda nuestra mente del amor de Dios!

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 15,26—16,4): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio. Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho».

He velado por ellos y ninguno se ha perdido

Muchos hemos tenido conceptos equivocados de lo que es el cristianismo. Hemos pensado que somos nosotros los que elegimos a Dios y que con nuestro esfuerzo podemos santificarnos. ¿Acaso podemos amar al enemigo con la sola ayuda de nuestra voluntad? ¿Cómo puede alguien perdonar hasta “setenta veces siete” la ofensa reiterada de nuestros más cercanos o enemigos declarados. Eso solo puede ser posible si nos viene una fuerza de lo alto.

Nuestro Señor Jesús hace la obra y nos ofrece santificarnos. El nos muestra el camino de la verdad y lo hace dándonos la gracia del perdón y del amor. Apoyémonos en su gracia y dejemos que el disponga de nosotros.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 17,11b-19): En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. 
»Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad».

Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa

¡Gracias a Dios no estamos solos! El Señor Jesús nos ha dejado, vuelve al final de los tiempos, pero en este espacio intermedio nos da su Espíritu Santo.

Podemos sentir la presencia de Dios todos los días gracias a la maravillosa acción del Espíritu. El nos conduce a la verdad que es el amor de Dios que nos perdona y acoje siempre. Necesitamos que el mismo Espíritu Santo nos haga cristianos. Sin Él no podemos hacer lo que el Señor nos manda.

Leer:

Texto del Evangelio (Jn 16,12-15): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».